En un gesto de fuerte respaldo, Cristina Kirchner se mostró este lunes con Sergio Massa por primera vez desde su designación como superministro de Economía. La bendición, que llegó en forma de foto, despeja dudas sobre el acuerdo entre la vicepresidenta y Alberto Fernández para el desembarco del tigrense al Gabinete. Además, sirve como pintura para comenzar a graficar cómo se reperfila el Frente de Todos en un contexto de crisis económica aguda y a un año de las elecciones.
El encuentro entre Cristina y Massa tuvo la novedad de la foto, un gesto que no obtuvo la saliente Silvina Batakis en su fugaz paso por el Ministerio de Economía, lo que agitó las especulaciones acerca del consenso en todas las patas del oficialismo, más aún teniendo en cuenta que la idea de un superministerio de Economía fue impulsada por el líder del Frente Renovador tras la renuncia de Martín Guzmán.
Sin haber asumido, Massa logró calmar la furia del dólar blue, que hace dos semanas alcanzó su pico histórico al cotizar $350: en la ronda de este lunes, y sin siquiera certezas sobre el plan económico que anunciará mañana, la divisa norteamericana volvió a desplomarse y pasó de los $296 a los que cerró el viernes a $282.
El rearmado del Frente de Todos
Mientras Massa se reunía con Cristina en el Senado, Alberto Fernández le tomaba juramento a Mercedes Marcó del Pont, desplazada de la poderosa Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y designada como secretaria de Asuntos Estratégicos, el puesto del que dio un portazo Gustavo Beliz el jueves pasado, luego de que le quitaran de su órbita la relación con los organismos multilaterales, que ahora manejará Massa.
“Estamos empezando una etapa distinta”, describió Fernández, quien destacó que, a pesar de la compleja situación económica y las disputas internas el Frente de Todos se mantuviera unido. “Es un dato valioso”, esbozó el Presidente, que anticipó que buscarán “darle un impulso fuerte a cuestiones que tienen que ver con la gestión y con la Argentina, inmersa en un mundo muy complejo”.
Fernández apuesta a un relanzamiento del gobierno para mostrar logros que le permitan al peronismo sostener la carrera electoral de cara a 2023. Si Massa logra un repunte, sin dudas se destacará como eventual presidenciable dentro de la agitada familia frentetodista. El enigma es si, conocida la experiencia de la fórmula Fernández-Fernández, Cristina volverá a apostar por una candidatura que no esté encabezada con su nombre en las boletas.
Un frente, muchas internas
Con cierta claridad lo definió el “Chino” Navarro, líder del Movimiento Evita y hombre cercano a Alberto Fernández: “Hay que dejarse de joder y de operarnos entre nosotros”.
El mensaje, a tono de tregua, marida bien con las últimas declaraciones de dirigentes variopintos del oficialismo que validaron la llegada de Massa al superministerio, desde Luis D’Elía hasta Daniel Scioli; de Aníbal Fernández al jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. Todos ellos, por mencionar a unos pocos, tuvieron profundas diferencias con el líder del Frente Renovador, que ahora parecen haber quedado opacadas por el efecto crisis que, de agudizarse, arrastrará a todos por igual.
Los nombres de Massa
Ayer Massa anunció algunos de los nombres que lo acompañarán en la amplia botonera de poder que ejercerá desde este miércoles. Por la mañana, confirmó el regreso de Raúl Rigo a la Secretaría de Hacienda, área en la que se desempeñó con todos los gobiernos, de Carlos Menem a Cristina Kirchner, Mauricio Macri e incluso Alberto Fernández, con excepción de los 24 días de Batakis como ministra.
Massa ratificó, al menos por ahora, la continuidad de Miguel Pesce en el Banco Central – es uno de los últimos hombres de Alberto en el área económica – que será secundado por Lisandro Cleri. Eduardo Setti ocupará la Secretaría de Finanzas.
El dato clave es el regreso al Estado del economista Daniel Marx, el último secretario de Finanzas de Fernando De la Rúa. Marx integrará el comité para el “desarrollo del mercado de capitales y seguimiento de la deuda pública”. Dos términos que habían quedado enterrados en la historia reciente podrían desempolvarse en los perfiles que se leerán esta semana: Marx fue el autor intelectual del “blindaje”, el millonario préstamo del FMI que a cambio exigió un ajuste feroz en enero de 2001; y el “megacanje” de finales de 2001: la postergación de vencimiento de deuda con aumento de las tasas de interés, que elevó la deuda externa ampliamente.
En tanto, resta definir si el “Vasco” De Mendiguren asumirá como secretario de Industria. Ayer se reunió con el saliente Daniel Scioli. Matías Tombolini, por su parte, suena para ocupar la Secretaría de Comercio. Ricardo Casal, exministro de Justicia bonaerense en épocas de Scioli, será el cerebro legal y administrativo de Massa.
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