En la primera entrega de Diario del Mundial advertimos acerca de los cuidados para el corazón que habría que tener, sobre todo ante definiciones por penales. Lo que se vivió el viernes cuando la Selección Argentina debió atravesar por primera vez desde el desembarco en Qatar una ronda desde los 12 pasos fue una combinación de todas las emociones a las que este humilde pueblo está acostumbrado: nervios, pasión, alegría, desazón, un shock de adrenalina pura y dura de la que millones de personas solo pudieron recuperarse gracias a las atajadas afinadas de “Dibu” Martínez y la definición de Lautaro Martínez.
Por las dudas, tengan a mano el teléfono del cardiólogo
Cuando comenzó a bajar la espuma de la victoria ante Países Bajos quedaron los balances. La Selección jugó un partido extraordinario, dominó un primer tiempo que hasta el gol de Nahuel Molina parecía cerrado y trabado y en el segundo salió a buscar una victoria holgada. Tuvo brillos y, por momento, cierta épica. Los errores y faltas derivaron en un empate. El conjunto de Lionel Scaloni olfateó por primera vez de cerca la posibilidad de una derrota, aún a sabiendas de que el juego fue más gustoso que el de un rival que se despertó en pocas ocasiones pero que, ayudada por la altura de los delanteros y una jugada preparada que desconcertó a la defensa, encontró dos goles que obligaron al alargue y luego la definición por penales.
Andá pa allá, bobo
Si alguien conocía a la perfección a Diego Armando Maradona era Jorge Valdano, el campeón del Mundo del 86, aquel que corre en paralelo al astro del fútbol mundial en la jugada del gol del Siglo, al que el propio Diez vio mientras dejaba en el camino a tanto inglés para que el país fuera un puño apretado gritando por ese Argentina 2, Inglaterra 0. Este fin de semana, Valdano lanzó una hermosa comparación en una entrevista con TyC Sports: “(Messi) está más conectado que nunca con el grupo, la gente y el fútbol. Nos está mostrando el jugador de potrero que siempre ha estado dentro suyo. Está maradoneando en este Mundial”.
Messi efectivamente está maradoneando dentro y fuera de la cancha: adentro ya no quedan dudas, porque cada vez que tiene la pelota hace magia, se escurre, dejando al rival con un gran signo de pregunta en el rostro. La asistencia a Nahuel Molina el viernes es una prueba más de tantas. Sólo un futbolista es capaz de ver un pase así. Sin exagerar, ver a Messi acariciar la pelota es un honor del que, seguro, en unos años nos vamos a enorgullecer, más allá de cualquier resultado.
Afuera de la cancha también. De los gestos están hechos los hombres y mujeres. Messi – y buena parte del equipo – soportaron las chicanas previas de Louis van Gaal, el ahora exDT de Países Bajos, en la previa del partido. En la cancha se picó. Van Gaal, a su vez, tiene una suerte de resentimiento eterno con futbolistas argentinos, de Di María y Messi a Juan Román Riquelme. Al marcar el primer gol de penal, Messi corrió hacia el banco del DT rival e hizo el gesto del Topo Gigio, el mismo con el que Román martirizó a Mauricio Macri, por entonces presidente de Boca, en medio de un reclamo por mejoras económicas de su contratación.
Lo demás ya es historia. En plena entrevista con Gastón Edul, Messi sorprendió al mandar a callar al Wout Weghorst, el jugador holandés que desde lejos le hacía gestos. “Andá pa allá, bobo”, repitió, algo sacado, en caliente. Hasta acá, un gesto nunca visto en Messi. Los medios locales no dudaron en condenar la actitud: desde un editor que lo trató de “vulgar” hasta un periodista de política que lo trató de “genio enojado”.
Más allá de que las comparaciones sean odiosas, es imposible no linkear aquella actitud de enojo y desenfado que muchos trataron de vulgar con cierta idea de sumisión que parecían destilar algunos comentarios en el periodismo convencional. Como sea, parece una discusión menor: a esta altura, y más allá de las críticas, la frase de Lio es meme, remera y canción.
Tristeza nao tem fin
Brasil afuera: perdió la definición por penales ante Croacia, que a esta altura ya es más que una revelación. Subcampeones en 2018 y semifinalistas hoy, llegan al partido de esta tarde contra la Argentina con el antecedente de haber arrasado a la albiceleste en el Mundial de Rusia, con un 3 a 0 que complicó la clasificación a Octavos.
Del otro lado de la llave, Marruecos hizo historia y se llevó puesto a Portugal, eterna candidata. Cristiano Ronaldo no pudo evitar las lágrimas: con 37 años, todo parece indicar que este fue su último mundial y el final de su carrera se acerca. Ahora, los marroquíes enfrentarán a Francia, que viene de eliminar a Inglaterra en una semifinal que, en la previa, está marcada por el simbolismo social: en tierras francesas, buena parte de los migrantes son de Marruecos. De hecho, tras la victoria se juntaron a festejar en las calles de la coqueta y fría París, sometida a un invierno duro por la falta de gas, y hubo represión y varios detenidos.
Lo que se viene
La Argentina enfrenta este martes a las 16 a un rival que, con el correr de los años, se fue transformando en un clásico. Más allá de los antecedentes, algunos aspectos a tener en cuenta:
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No estará presente Marcos “Huevo” Acuña, fundamental en los últimos partidos, por acumulación de tarjetas amarillas.
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Gonzalo Montiel, quien reemplazó a Acuña en la prórroga ante Países Bajos, está en la misma situación.
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Ángel Di María tuvo minutos ante Países Bajos, a pesar de haber entrado en el final del segundo tiempo de prórroga, tras la lesión que sufrió contra Polonia. Su presencia marcó el desequilibrio. Lionel Scaloni confirmó que está ok ante Croacia.
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Rodrigo De Paul, que estuvo en dudas en el partido de Cuartos y salió en el segundo tiempo, está totalmente recuperado, según el DT. Ayer él y Di María hicieron entrenamiento normal. También estaría desde el arranque.
Finalmente, algunos datos para aquellos que creen en las coincidencias y casualidades:
En el 86, último año en que Argentina alzó la Copa, Canadá clasificó por última vez a un Mundial. En 2022 volvió a clasificar. En el 86, Marruecos eliminó a Portugal, igual que ahora. Ese año, Brasil se volvió en Cuartos, como ahora. Y Francia fue semifinalista, igual que en esta edición. Datitos sueltos para ilusionarse y jugar un poco.
Igual, por las dudas, anulo mufa. Nunca está de más.
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