Menos de 72 horas después del extenso discurso de Cristina Kirchner en el que se desmarcó de la idea de romper el Frente de Todos y habló de un “debate” en materia económica al interior del Gobierno, los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, salieron al cruce de la vicepresidenta y reavivaron la interna caliente en el oficialismo.
Es la economía
“Que nadie se haga la víctima. Las únicas víctimas son los que no llegan a fin de mes y por eso tenemos la obligación de discutir”, planteó Cristina, para graficar el fastidio con el rumbo económico de un gobierno que logra el repunte en la macro con un grave desajuste de la micro, con salarios en blanco deprimidos y, en muchos casos, por debajo de la línea de la pobreza. La vicepresidenta lo definió de forma categórica el viernes en Chaco: “Hay una insatisfacción democrática grande, la plata no alcanza, no se llega a fin de mes”. E insistió en un dato clave: no se trata de una pelea por poder con Alberto Fernández, sino de un debate de ideas.
En medio de las internas – a esta altura son más bien “externas”, como definió el periodista Eduardo Aliverti -, el discurso de la vicepresidenta no tuvo tono rupturista, aunque sí muy crítico de la gestión económica. Cristina puso en la mira a Guzmán y Kulfas y apuntó: “Algunos decían que íbamos a volver mejores, me di cuenta que creían que había que hacer lo contrario a lo que habíamos hecho nosotros, porque se tragaron el amague de que los problemas eran por modales”.
Casi inadvertido pasó un reconocimiento llamativo de la vicepresidenta, que afirmó que por la devaluación del peso en 2014 durante su gestión la inflación ese año terminó en 38 %, pero que inmediatamente después, por gestiones del entonces secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, al año siguiente bajó a 24 %. Curiosidades: en 2014, el INDEC había informado que la inflación fue del 23,4 %.
Respuestas a coro
La respuesta de Kulfas y Guzmán no tardaría en llegar. Casi a la misma hora, ambos brindaron entrevistas a coro este lunes en dos radios porteñas donde se despegaron de la mirada económica de la vicepresidenta. El ministro de Economía, incluso, habló de “problemas de consistencia” en el planteo de Cristina, aunque reconoció que comparten el objetivo de aumentar el salario real.
Kulfas, en tanto, trató de bajarle el tono al planteo de CFK, que incluso recordó que fue autor de un libro donde cuestionaba la gestión económica del kirchnerismo. El ministro dijo lo obvio: que hay coincidencias en el rumbo, pero “divergencias” respecto a cómo se debe llegar. “El peronismo tiene muchas de las respuestas que el país necesita”, sintetizó.
Guzmán además insistió en la decisión del Gobierno de aumentar las tarifas de los servicios públicos, que comenzará a debatirse este martes en audiencias públicas. Es sabido que Cristina se opone. De hecho, el viernes en Chaco insistió con un planteo que hizo a finales de 2020, cuando habló de “alinear tarifas, salarios y jubilaciones”. Ese parece ser un capítulo que continuará en la interna frentetodista. “¿En qué país funciona que haya déficits persistentes financiados por una moneda que la gente empieza a dejar de querer?”, se preguntó el economista.
La respuesta de Alberto Fernández
Este lunes, y sin hacer alusión al discurso de la vicepresidenta, Alberto Fernández insistió con el juego interno: “En mi Gobierno no he ocultado los problemas, nunca me hice el distraído ni frente a la pobreza ni la desigualdad o la falta de trabajo”. “Yo sé que la economía crece, sé que el trabajo aumenta, sé que la distribución está teniendo problemas por los índices de inflación que tenemos”, recalcó.
Es la economía (bis)
Entretanto, este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dará a conocer el dato de la inflación de abril, que el propio Guzmán admitió ayer que volverá a ser alta, aunque en un sendero de desplome frente al 6,7 % de marzo. Las consultoras privadas ya anticiparon que treparía a 5,6 %. Curiosidades de estos tiempos: muchas consultoras, de las más opositoras a las más cercanas al Gobierno, comenzaron a relevar la suba de precios de forma semanal.
El dato alarmante es que en el Relevamiento de Expectativas de Mercado publicado días atrás por el Banco Central ya se anticipa una inflación anual del 65,1 % para 2022. No sólo sería la más alta en la historia reciente, sino que además nada parece indicar que baje con fuerza en el corto plazo.
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