La candidata Giorgia Meloni se impuso en las elecciones generales de Italia con el 26% de los votos y será la nueva primera ministra gracias a la alianza con los partidos de Matteo Salvini y de Silvio Berlusconi, que consiguieron un 8,9% y un 8,3% respectivamente. Si se mide en relación a las coaliciones, la de derecha superó a la de izquierda en una proporción de 43-27.
Meloni, la primera mujer en la historia que ocupará el máximo cargo ejecutivo en Italia, es una periodista de 45 años que militó desde adolescente en partidos de extrema derecha, pero que en los últimos años intentó mutar a un perfil más conservador clásico, desligándose de la reivindicación a Mussolini (en la cuestión del autoritarismo) y centrando sus críticas hacia el “lobby LGBT” y “la violencia islamista”.
En campaña prometió mayores restricciones a la inmigración, incrementando los controles en los puertos y las deportaciones; también es una fuerte crítica de la Unión Europea. En lo económico, pregona el liberalismo extremo y buscará eliminar la renta universal implementada en 2018.
Uno de los datos relevantes de la jornada es la bajísima participación. Solamente un 63,95% de las y los italianos fueron a las urnas, constituyendo la peor cifra de la historia. Para tomar dimensión del enorme escepticismo que hay en el electorado, en 2018 la concurrencia había superado el 73%.
“No traicionaremos su confianza, estamos listos para revivir Italia”, afirmó Meloni en su primer discurso tras la victoria, y remarcó: “Nuestro gran objetivo es que los italianos estén nuevamente orgullosos de ser italianos y orgullosos de hacer flamear la bandera tricolor”. Respecto de la alta abstención registrada, la candidata ganadora señaló que “el desafío ahora es hacer que la gente vuelva a creer en las instituciones”.
El resultado también fue celebrado por otros líderes de extrema derecha de Europa. «Italia marca el camino hacia una nueva Europa de naciones libres y soberanas», afirmaron en la cuenta de twitter del partido español Vox. Por su parte, el primer ministro húngaro Viktor Orban señaló: «En estos tiempos difíciles, necesitamos más que nunca amigos que compartan una visión y un enfoque comunes de los desafíos de Europa».
Bonus: Brasil entra en el último tramo de la campaña
“Podría no ser candidato ahora, vivir una vida tranquila. Pero quiero volver porque sé que podemos volver a mejorar la vida de las personas”, afirmó Lula anoche en un tweet que refleja el espíritu de los últimos días de la campaña que culminará en las elecciones del domingo, con la ilusión intacta de triunfar en primera vuelta y poner fin a la aventura de Jair Bolsonaro en el poder.
Lula aprovechó el fin de semana para tener una reunión con jóvenes artistas e influencers en Río de Janeira, y no participó del debate presidencial del sábado, en el que sí estuvieron Jair Bolsonaro y otros cinco candidatos y candidatas. La decisión del ex presidente de dejar el atril vacío podría ser considerada un paso en falso, pero de todos modos él sí dirá presente en el último debate, que será este jueves.
«La ausencia del ex presidiario demuestra que no tiene ningún compromiso con el pueblo», dijo el actual mandatario, y aseguró que Lula “no se animó” a ir y que “tampoco puede andar por la calle”. El líder del PT también fue acusado de cobarde por los otros candidatos, que aprovecharon el atril vacío que dejó.
Quedan solamente 6 días para que las y los brasileños acudan a las urnas, y los sondeos le dan a Lula una ventaja de 14 puntos, por lo que Bolsonaro tiene claro que lo que diga y haga esta semana será definitorio para intentar llegar al balotaje. En ese sentido, Lula pidió “no caer en las mentiras” del actual presidente, al que ve “muy nervioso”.
Este domingo 148 millones de brasileños y brasileñas estarán habilitados para elegir presidente, vicepresidente, gobernadores y legisladores, tanto nacionales como estatales. En caso de que ninguno de los candidatos a presidente supere el 50% de los votos, la segunda vuelta se hará el 30 de octubre.
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