A una semana de asumir en el cargo, Silvina Batakis, anunció los primeros ejes de su gestión como ministra de Economía. En línea con el programa económico que sostenía Martín Guzmán e incomodaba a un sector del Frente de Todos, prometió sostener las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional e insistió en garantizar el equilibrio fiscal.
En un mensaje destinado a calmar a los mercados financieros y frenar la especulación que reinó la semana pasada tras la intempestiva renuncia de Guzmán, Batakis dio tres mensajes clave:
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FMI. Insistió en que se mantendrán las metas acordadas con el FMI a finales de enero pasado, y que marcaron un punto de inflexión al interior de la coalición de gobierno, primero con la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque oficialista en Diputados; luego con los cascotazos públicos al acuerdo y finalmente con el show permanente de críticas desde el kirchnerismo a Alberto Fernández, Guzmán y el rumbo económico.
Días atrás, Batakis habló con la directora ejecutiva del Fondo, Kristalina Georgieva, quien además de ratificar el acuerdo, le transmitió que “las acciones dolorosas a veces son necesarias para cosechar los beneficios de las acciones”.
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Déficit fiscal. Ayer, Batakis habló de “dar cierto orden y equilibrio de las finanzas públicas del Estado”, e insistió en que las medidas que se adopten deberán garantizar el equilibrio fiscal, un mensaje en el que insistió la semana pasada en las contadas entrevistas que ofreció y que se parece mucho más al discurso de Guzmán que al planteo de la propia Cristina Kirchner en 2021, cuando tras la derrota electoral del Frente de Todos cuestionó el ajuste fiscal que llevaba adelante el ahora exministro.
En tren de cumplir las metas de reducción del déficit, Batakis habló de un “manejo eficiente del presupuesto” en todos los organismos públicos, y anunció que habrá un congelamiento de personal en la administración pública.
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Dólar. El tercer gran eje de los anuncios buscó “calmar” a los mercados, luego de que la semana pasada, en sus primeros días de gestión, el dólar ilegal saltara alrededor de 25 pesos. “El tipo de cambio multilateral está en situación de equilibrio, el mercado paralelo del dólar son tres millones por día y el oficial es 1.000 millones. Cuando uno exagera la cuestión de la brecha cambiaria debe dimensionar eso”, indicó la ministra. Ayer el dólar blue cayó cinco pesos y cerró a $268 en las cuevas.
Si bien es cierto que los precios de la economía se rigen con los costos del dólar oficial que no tuvo movimientos, también es cierto que los comercios remarcaron en promedio un 20 por ciento sus productos.
Un informe de la consultora PxQ – del economista Emmanuel Álvarez Agis, exviceministro de Economía de Axel Kicillof – registró aumentos descomunales en la primera semana de julio: la leche aumentó un 2,2 %, los pescados, un 3 % y el pan, 1,7 %. La ropa oscila entre el 6,9 % y el 35 % de incremento.
Esta semana se dará a conocer el dato de la inflación de junio, previo a la renuncia de Guzmán, y las consultoras estiman que rondará entre el 4,8 y el 5,3 por ciento. Ayer Batakis no se atrevió a proyectar cuál será la inflación anual: “Sería poco profesional”.
Las deudas del primer anuncio de Silvina Batakis
Más allá de los mercados y la búsqueda de una estabilización de la macro, en el primer paquete de anuncios de Batakis quedaron afuera medidas concretas para contener la inflación que en los primeros cinco meses del 2022 ya acumula un 29,3 por ciento, sin contar el dato que develará el Indec este jueves. Sí prometió la conformación de una autoridad de defensa de la competencia para frenar los “abusos de precios”.
Además, Batakis confirmó que se continuará el plan de segmentación de tarifas eléctricas anunciado por Guzmán semanas atrás que implicará la quita parcial o total de subsidios de acuerdo al nivel de ingresos de los usuarios y usuarias. El saliente ministro no lo llegó a poner en práctica. Párrafo aparte merece la ausencia total de comunicación del Gobierno respecto a cómo, quiénes y de qué modo podrán solicitar la continuidad de la tarifa subsidiada por el Estado.
Tampoco hubo, en el primer anuncio oficial, un mensaje respecto a los salarios de los trabajadores: si bien es cierto que el sector formal le ganó a la inflación en los últimos meses (por muy poco), la base de la pirámide de empleados en relación de dependencia está muy abajo. Ayer el propio ministro de Trabajo, Claudio Moroni, anticipó que se reabrirán las paritarias si se dispara la inflación.
La falta de un mensaje de Batakis en ese sentido generó cierto malestar en un sector del kirchnerismo. Hugo Yasky, líder de la CTA y diputado por el Frente de Todos, lo dijo sin filtro: “Falta hacerse cargo de que los salarios de los trabajadores no alcanzan para llegar a fin de mes”.
Finalmente, otro punto que quedó completamente afuera tiene que ver con el Salario Básico Universal, un reclamo planteado meses atrás por un sector del kirchnerismo, que la semana pasada tras la asunción de Batakis volvió a poner el debate en agenda. La ministra ya avisó que no es una prioridad, y la propia portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, lo descartó por completo la semana pasada.
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